
Los Orígenes
La historia de Topo Chico comienza con Manuel Barragán, un joven mensajero que trabajaba en la Cervecería Cuauhtémoc de Monterrey a principios del siglo XX. Con ambición y una mentalidad de aprendizaje, Barragán demostró un talento excepcional que le permitió ascender rápidamente en la jerarquía empresarial, a pesar de las turbulencias políticas de la época. Durante la Revolución Mexicana, la cervecería fue confiscada por las fuerzas carrancistas. En lugar de sumarse a la revolución, Barragán eligió seguir su propio camino, dando inicio a una trayectoria de emprendimiento que cambiaría el panorama de las bebidas en México y, eventualmente, el mundo entero.
El Inicio de la Aventura Topo Chico
Después de dejar la cervecería, Barragán consiguió un trabajo en la Compañía Embotelladora Topo Chico, gracias a su amigo Leónidas Páez. Aquí, Barragán notó rápidamente la necesidad de distinguir las marcas en un mercado donde los consumidores solían pedir "una soda" sin hacer ninguna distinción. Esta percepción le llevó a desarrollar y lanzar nuevos productos, siempre resaltando la importancia de la marca.
Los Retos y el Nacimiento de Topo Cola
Cuando los dueños originales de Topo Chico se vieron en dificultades financieras, decidieron vender la empresa a sus dos empleados más valiosos: Barragán y Páez. Ya con el control de la empresa, los socios emprendieron el desafío de crear su propia fórmula para una bebida de cola, después de numerosas solicitudes rechazadas para obtener una franquicia de Coca-Cola.
Los socios registraron la marca Topo Cola y diseñaron una etiqueta con influencias mexicanas. Pero además de su marca de cola, Barragán había creado Topo Néctar y Topo Negra, asegurando así una diversidad de bebidas en el mercado.
La Ironía de la Asociación con Coca-Cola
Cuando los dueños de Topo Chico lanzaron Topo Cola, no solo desafiaron la negativa de Coca-Cola, sino que también se atrevieron a enviar muestras de su producto a la sede de la gigante de refrescos en Atlanta. Esta acción audaz llevó a un giro irónico en la historia: un representante de Coca-Cola llegó a Monterrey con la intención de negociar. A pesar del éxito inicial de Topo Cola, Barragán y Páez decidieron dar un paso atrás con su bebida y se convirtieron en embotelladores de Coca-Cola.
Después de dejar Topo Chico por un tiempo para trabajar como director general del periódico Excélsior en la Ciudad de México, Barragán regresó a Monterrey en 1940 tras la muerte de Páez. Con el paso del tiempo, Topo Chico se transformó en PROCOR, que después de una serie de fusiones y adquisiciones, se convirtió en Arca Continental, una de las embotelladoras más grandes de Coca-Cola en el mundo.

Con el fin de ampliar y fortalecer su presencia a nivel nacional en el mercado del agua mineral embotellada, el gigante de la industria de las bebidas Coca-Cola compró por $220 millones de dólares a la reconocida marca de agua mineral mexicana.
Según reportó Forbes, cerca de 250 millones de botellas de agua mineral mexicana Topo Chico se vendieron en Estados Unidos durante el 2022, pero Coca-Cola aún tiene un camino por recorrer antes de que la marca de agua mineral mexicana logre desbancar a LaCroix como la más vendida. Pero con su influencia en el mercado, Coca-Cola ciertamente tiene el poder de presentar a Topo Chico a un público más amplio.
A nivel de México, cada año se venden más de $2.3 mil millones de dólares en agua mineral embotellada, según la información de ventas de Information Resources Inc., un firma de investigación del mercado de consumidores con sede en Chicago.
Epílogo: Un Círculo que se Cierra
Arca Continental es un testimonio viviente del espíritu emprendedor y persistente que caracterizó a Barragán y Páez. En 2017, la Coca-Cola Company pagó $220 millones de dólares a Arca Continental para adquirir la marca Topo Chico. En 2021, Arca Continental pagó más de $1,700 millones de dólares a Coca-Cola para usar sus marcas y comprar la fórmula de Coca-Cola, evidenciando una relación de mutua dependencia entre estas dos empresas.
La historia de Topo Chico es un poderoso recordatorio de que con determinación, perseverancia y una mentalidad emprendedora, es posible transformar las adversidades en oportunidades y crear historias de éxito de gran alcance. Al final, la bebida que comenzó como una "soda" en Monterrey se convirtió en un producto globalmente reconocido que forma parte de uno de los conglomerados de bebidas más grandes del mundo.
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